El Consejo Minero abordó en Londres los desafíos globales del sector y reafirmó el compromiso con una minería sostenible.
Desafíos y compromisos de la minería global
Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero, participó en la Reunión Anual y Cumbre de CEOs del International Council on Mining and Metals (ICMM) celebrada en Londres. Este evento agrupó a los principales líderes de la industria minera global para debatir los retos económicos, tecnológicos y ambientales que enfrenta el sector. La agenda incluyó temas como la transición energética, la creciente demanda de minerales críticos, la descarbonización de las operaciones mineras y la gestión responsable de relaves.
Chile tuvo una destacada representación encabezada por Villarino, acompañado de Máximo Pacheco (presidente del directorio de Codelco), Iván Arriagada (presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals) y Patricio Hidalgo (presidente ejecutivo de Anglo American en Chile). Estos líderes subrayaron el papel de Chile como referente en producción sustentable de cobre y otros minerales esenciales para la transición energética global.
En el marco de esta cumbre, Villarino enfatizó la relevancia de la agenda ESG (Environmental, Social and Governance) pese a las críticas que enfrenta a nivel internacional. Según señaló, “este encuentro tuvo una particular relevancia porque se da en un momento en que la agenda ESG enfrenta cuestionamientos a nivel global. Sin embargo, la respuesta desde el mundo minero fue clara y transversal: esta agenda sigue plenamente vigente”. Además, destacó el compromiso de las empresas mineras con la reducción de emisiones, la economía circular, la igualdad de género, la diversidad y el cumplimiento de estándares ambientales más estrictos.
Impactos tecnológicos y resistencias macroeconómicas
Durante las jornadas, los participantes discutieron sobre la influencia de la inestabilidad macroeconómica y geopolítica en la minería. En particular, abordaron los efectos de las políticas comerciales de Estados Unidos y la preocupante expansión de la minería ilegal, especialmente en torno al oro, vinculada a la participación de organizaciones criminales.
Otro eje destacado fue la revolución tecnológica en el desarrollo de proyectos mineros. Herramientas como la automatización, la robotización y la inteligencia artificial fueron catalogadas como fundamentales para solucionar desafíos estructurales del sector, entre ellos, leyes de mineral más bajas, la falta de capital humano especializado y el aumento de exigencias regulatorias y ambientales. Villarino subrayó: “La incorporación tecnológica no sólo mejora la productividad, sino que también es una respuesta a entornos laborales y regulatorios más complejos, que exigen flexibilidad e innovación”.
